
Lunes 10 de Marzo
Si quieres conservar la paz en la comunidad, júzgate a ti mismo y a nadie más.
Juan Trithemius
El que dice: “Si decimos tener comunión con Él”, debemos caminar como Él caminó
1 Juan 2:6
Una de las cosas hermosas del año eclesiástico y de vivir los tiempos litúrgicos es que recorremos juntos la profundidad y la amplitud de la experiencia humana. Cada tiempo está lleno de experiencias comunes: alegría (Navidad), vida cotidiana (Tiempo Ordinario) y anhelo (Adviento). Durante la Cuaresma, se nos invita a participar en un tiempo de vulnerabilidad. La Cuaresma nos brinda la oportunidad colectiva de compartir nuestro dolor, nuestras luchas (incluida nuestra tentación de juzgar), nuestros errores y nuestros miedos unos con otros como hermanos en Cristo, para que conozcamos y seamos conocidos, amemos y seamos amados, perdonemos y seamos perdonados.
¿No es interesante que una temporada basada en el arrepentimiento y la autorreflexión también nos dé oportunidades para distraernos juzgando la piedad de nuestro prójimo? Sin darnos cuenta, muchos de nosotros juzgamos la reverencia (o la falta de ella percibida) de alguien de nuestra comunidad: un hermano en Cristo, un feligrés o un conocido en Facebook. Vemos un selfie del Miércoles de Ceniza y expresamos nuestra desaprobación ante el despliegue público de esta marca sagrada asegurándonos de no hacer clic en el botón «me gusta». Oímos a alguien a la hora del café mencionar su cita con el pedicuro antes del Jueves Santo, y hacemos todo lo posible para mantener nuestra cara con expresión benigna mientras nos felicitamos internamente por llevar nuestros humildes dedos de los pies sin pedicuro a la liturgia del lavatorio de pies. Pero juzgar la forma en que otros se desplazan en este tiempo santo no nos ayuda a caminar como Jesús. Es simplemente trabajo espiritual que daña nuestra relación con el Cuerpo de Cristo, creando divisiones entre nosotros y ellos en lugar de abrirnos a lo que Dios podría estar revelando mediante ellos.
Para reflexionar
¿Hay algún aspecto del juicio con el que usted esté luchando en esta Cuaresma? ¿Cómo podría remplazar esos pensamientos por un acto de vulnerabilidad?
Martes 11 De Marzo
Solo Dios, su Creador, que es incomparablemente mejor y digno que él, puede hacer que el espíritu humano esté satisfecho y sea feliz.
Louis De Bloise, Doctrina espiritual
Dios también habló a Moisés y le dijo: “Yo soy el Señor. Me aparecí a Abraham, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso, más en mi nombre no me di a conocer a ellos”.
Éxodo 6:2-3
Trabajo con muchos jóvenes, desde niños y adolescentes hasta adultos recientes. He luchado por encontrar una manera de expresar lo que he experimentado tanto personal como comunitariamente -que “solo Dios, su Creador… puede hacer que el espíritu humano esté satisfecho y feliz”- con palabras que resuenen con ellos pero que no sean pesadas ni manipuladoras. Muchos jóvenes de nuestras comunidades, incluso los que participan en grupos juveniles o campamentos de la Iglesia, no afirman “creer en Dios” como yo podría hacerlo. Para ellos, estas palabras son falsas y rígidas. Sin embargo, no puedo evitar el deseo, dado por el Espíritu Santo, de transmitir mi fe, de compartir la Buena Nueva de Dios en Cristo, de transmitirles el don inagotable y permanente del amor y la presencia de Dios que me consuela, me acompaña, me convence y me llama más allá de lo que yo podría reunir por mí misma. Pero las palabras que utilizo parecen caer en saco roto. Puede ser que a usted también le haya pasado.
En el Éxodo, vemos que Abraham, Isaac, Sara, Lea y Jacob conocen a Dios de una manera, mientras que Moisés lo hace de otra. Tal vez, entonces, hay todavía más formas y nombres. Por eso, el verano pasado empecé a ofrecer otros nombres y palabras para referirme a lo Sagrado, para ayudar a tender puentes en esta comprensión. De todas las opciones que probamos, Amor como nombre de Dios es la que derribó más barreras y suposiciones, permitiéndonos reunirnos como comunidad, orar y alabar, lamentarnos y maravillarnos con una mayor comprensión compartida de la labor del Espíritu Santo entre nosotros y mediante nosotros.
Para reflexionar
¿Qué pasaría si, en esta Cuaresma, remplazara los nombres de Dios por el nombre Amor en sus oraciones y en algunas lecturas de las Escrituras? Por ejemplo: «Solo el Amor, su Creador, que es incomparablemente mejor y más digno que ello, puede contentar y hacer feliz al Espíritu humano.» ¿Podría compartir su experiencia, buena o mala, con su comunidad?
Miércoles 12 de Marzo
Juntos trataremos de encontrar la respuesta exacta a cada uno de los problemas.
Abba Pacomio al maestro de casa Tomás
Durante la Cuaresma, leemos que Jesús estuvo solo en tierra salvaje durante cuarenta días, hambriento, cansado y tentado repetidamente por el diablo. De todas las pruebas de este pasaje, la que me parece más perturbadora es la prueba de la soledad. Algunas personas encuentran inspiración en un Jesús fuerte, estoico y solitario, olvidando quizá que no prosperó precisamente solo. En las palabras de Mateo y Marcos, los ángeles vienen y atienden a un hombre agotado que podría estar al borde de la deshidratación y el hambre, por no mencionar la angustia mental.
No creo que sea casualidad que, inmediatamente después de ese largo viaje solo por tierras salvajes, Jesús comience a reunir a su equipo de discípulos, su comunidad de amigos y hermanos en su ministerio. Excepto en algunos momentos de oración, no volvemos a ver a Jesús solo, sino que vive, ministra, muere y revela su resurrección en el contexto de la comunidad y en el contexto de las relaciones.
Creemos que nuestro Dios dador de vida, amoroso y liberador lo da todo, lo reúne todo y nos atrae a todos hacia una plenitud compartida con los demás. Si queremos unirnos a Dios como creadores conjuntos en este trabajo, debemos seguir las enseñanzas de Jesús, recorriendo incluso nuestros caminos más desafiantes con otros, en lugar de tratar de transitar solos. Debemos liderar con vulnerabilidad y humildad, ministrando y siendo ministrados en todas las circunstancias, eliminando la soledad, soportando las cargas de los demás y sentándonos juntos en las cenizas.
Para reflexionar
¿Cómo se siente al ser vulnerable con los demás cuando está recorriendo un camino difícil? ¿Pide ayuda?
¿En qué medida sabe escuchar y crear un espacio seguro para que los demás sean vulnerables junto con usted? ¿Deja espacio para las necesidades de los demás?
¿Cómo puede aprender de las opciones de Jesús relativas a la comunidad?
Jueves 13 de Marzo
Trabaja en paz.
Juan el Breve
Como cristianos, creemos que estamos llamados a corregir los errores y pecados del pasado, incluso cuando nos esforzamos por arrepentirnos de esos pecados y de los que seguimos cometiendo. A veces, esa llamada a corregir los errores significa defensa y activismo, como protestas valientes y públicas. A veces corregimos los errores con una semillita silenciosa a la vez.
En marzo de 2020, al comienzo de la pandemia de COVID-19, surgió un pequeño proyecto llamado movimiento llamado Good News Gardens – Huertos de la Buena Nueva. Este proyecto, patrocinado por los departamentos de evangelización y cuidado de la creación de la Iglesia Episcopal, nació del deseo de ayudar a la iglesia a movilizarse para compartir la Buena Nueva de Dios en Cristo justo donde estaban: en casa.
Se hizo un llamamiento, invitando a personas e iglesias a tres compromisos: 1) Plantar más de lo que plantarían en circunstancias normales para compartir los frutos. 2) Orar a diario para el restablecimiento de una relación correcta entre la Iglesia y la Creación, arrepintiéndose del daño que los seres humanos han causado a la Tierra. 3) Proclamar el amor de Dios con la palabra y el ejemplo, compartiendo la abundancia de su Huerto de la Buena Nueva y compartiendo públicamente las historias de sus compromisos y sus huertos.
En los cuatro años y medio transcurridos desde el inicio de este movimiento, han surgido cientos de Huertos de la Buena Nueva, gallineros y colmenas de abejas, y personas que nunca se habían considerado activistas del cuidado de la creación empezaron a encontrar su lugar en la enmendación de los pecados del pasado. Descubrieron su trabajo único en nuestra lucha en común por convertirnos en una comunidad bienamada con toda la creación.
Para reflexionar
Tratar de corregir errores sistémicos y generacionales como el cambio climático o el racismo puede parecer abrumador. Como sembrar una jardinera de hierbas aromáticas del Huerto de la Buena Nueva, ¿cuál podría ser su primer paso?
Viernes 14 de Marzo
“No estés siempre deseando que todo salga como creas que debería, sino como a Dios le plazca, entonces estarás imperturbable y agradecido en tu oración”.
Abba Nilus
Una vez, durante una sesión de preguntas y respuestas, me preguntaron cómo discernir la voluntad de Dios. Titubee un momento y luego di una respuesta que combinaba el Gran Mandamiento (amar a Dios con todo tu corazón y amar a tu prójimo como a ti mismo), los Diez Mandamientos como fueron dados a Moisés y un poco de teología de brazalete WWJD – Qué haría Jesús. Por si fuera poco, también repasé el Pacto Bautismal y el Catecismo del Libro de Oración Común.
Si me hubiera preparado, habría dicho que creo que la «voluntad de Dios» es el florecimiento de toda la creación”, lo que la escritora y teóloga Verna Dozier llamó «el Sueño de Dios». Escribió: «El sueño de Dios es que toda la creación conviva en paz, armonía y realización. Todas las partes de la creación. El sueño de Dios es que la buena creación que creó Dios – lo que dice el estribillo, “y vio Dios que era bueno”- sea restituida».
Por supuesto, esta comprensión de la voluntad de Dios no nos da respuestas fáciles de sí o no sobre qué trabajo debemos buscar, qué rito litúrgico debemos usar los domingos por la mañana, o si incluso debemos seguir celebrando servicios religiosos los domingos por la mañana. En cambio, este enfoque de la voluntad de Dios nos pide que consideremos el florecimiento –la paz, la armonía y la plenitud– de cada parte de la creación afectada por nuestras decisiones. No se nos pide que consideremos lo que siempre se ha hecho, lo que sería más popular, o incluso a veces lo que queremos. En lugar de ello, se nos pide que consideremos lo que orientará el bien de la creación -en nuestros hogares, nuestro planeta y clima, nuestras iglesias y escuelas, así como nuestras comunidades y lugares de trabajo- hacia el sueño de Dios.
Para reflexionar
En esta Cuaresma, ¿con qué interrogante de discernimiento está luchando usted o su comunidad de fe? ¿Cómo podría cambiar su proceso de discernimiento si considerara el florecimiento de toda la creación como guía en lugar de hacer feliz a la gente?
Sábado 15 de Marzo
La santidad… tiene algo que ver con ser quienes somos, reclamar nuestras verdades, abrir nuestros corazones, entregarnos al prójimo puros y sin adornos.
Sor Joan Chittister, La Regla de San Benito
Una vez, durante una temporada difícil, mi terapeuta me presentó un concepto regulador del sistema nervioso llamado Ventana de Tolerancia. Según la entiendo, la idea de la Ventana de Tolerancia es muy parecida a lo que yo llamo «margen» y a lo que algunos llaman «ancho de banda emocional». Es una forma de hablar de nuestra capacidad para manejar los retos cotidianos en función de las otras tensiones, traumas o desencadenantes de traumas que estemos experimentando. A veces, nuestras ventanas están abiertas de par en par, y podemos manejar todos los grandes y pequeños retos comunes que se nos presentan, y otras veces, a medida que aumenta el estrés o el trauma, nuestras ventanas empiezan a cerrarse, la abertura se hace cada vez más estrecha.
Durante una de mis temporadas de ventanas casi cerradas, hice un viaje a casa, Arkansas, en el que frecuentemente iba de un sitio a otro, visitando al mayor número posible de amigos y familiares. Cuando uno cohabita con sus seres queridos, aunque sea durante unos días, ocurre un nivel de intimidad diferente. Nos vemos con la cabeza en la cama, compartimos el baño, discutimos sobre los termostatos y nos quedamos despiertos hasta que es demasiado tarde para fingir. Aquí, en este estado más reducido de lo normal, se cruza una especie de continuo de tiempo y espacio que resulta en un conocimiento distinto: un conocimiento que brinda la oportunidad de vernos y aceptarnos tal como somos, entregándonos unos a otros, sin adornos, con la cabeza en la cama y todo. Es un conocimiento que brinda seguridad emocional, que nos ayuda a abrir un poco más nuestras ventanas de tolerancia al recordar que no estamos solos y que se nos quiere tal y como somos. Este tipo de seguridad emocional es parte de lo que la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo está haciendo con sus programas de desarrollo de la primera infancia, ayudando a los padres a abrir sus propias ventanas de tolerancia cada vez más para proporcionar mejor el cuidado que los niños necesitan.
Para reflexionar
¿Qué lo ayuda a entregarse a los demás, sin adornos y con honestidad, tal como es?