Respuesta ante catástrofes
Linda (izquierda), la reverenda Kelsey Davis (derecha) y el reverendo John Roberts (centro) frente al Carter Lodge.
«Después de 33 años, Chimney Rock es mi hogar», afirmó Linda. «Es difícil alejarse de las personas con las que formaste una comunidad». Pero no sé si tendré la fuerza suficiente para quedarme una vez que Carter Lodge haya desaparecido».
Linda creció en Asheville, Carolina del Norte. En 1992, se casó con Joe y juntos abrieron Carter Lodge. Vivían y trabajaban en la posada que contaba con 17 habitaciones, una tienda de delicatessen, un mercado y vistas panorámicas del río Broad en Chimney Rock, Carolina del Norte.
Linda y Joe estaban comprometidos con su comunidad, un pequeño pueblo turístico con menos de 200 habitantes. Con el paso de los años, Linda formó parte de la junta auxiliar de mujeres. Joe era bombero voluntario. Juntos, dedicaron su tiempo y energía a proyectos de mejora, como ayudar a desarrollar el sendero del río Broad y realizar limpiezas comunitarias.
«Podemos ir a fondo y tomarnos el tiempo necesario para ayudar a las personas a recuperarse a su propio ritmo y de la manera en que lo necesiten».
Joe fue guardián adjunto durante tres periodos en la Iglesia Episcopal de la Transfiguración, ubicada a unas millas de allí, en Bat Cave, Carolina del Norte. Linda amaba esa iglesia y el espíritu acogedor y generoso de sus feligreses.
Joe falleció en 2021. Linda continuó con el negocio, a manera de homenaje a su marido y de seguir invirtiendo en la comunidad que ambos amaban. Durante el verano de 2024, terminó de pagar un préstamo a 30 años que habían solicitado juntos para remodelar la posada tras las inundaciones catastróficas de 1996.
En septiembre, el huracán Helene dejó entre 20 y 30 pulgadas de lluvia en el oeste de Carolina del Norte. El agua del río Broad, que normalmente no supera un pie de altura en las partes más cercanas a la posada, alcanzó los 42 pies de altura. Las inundaciones arrancaron casas desde sus cimientos y arrasaron con aproximadamente el 60 por ciento de los negocios en Chimney Rock. Carter Lodge quedó destruido.
La aseguradora de Linda le denegó la indemnización por daños causados por inundaciones. Dijeron que los daños fueron causados por un deslizamiento de tierra, lo cual requiere una póliza diferente. Por ahora, Linda está en espera de saber si su propiedad califica para ser comprada por FEMA, lo que le permitiría vender su terreno al gobierno y usar el dinero para empezar de nuevo. Sin ese apoyo gubernamental ni el dinero de la aseguradora para reconstruir la posada, Linda no tiene opciones viables. La espera es agotadora a nivel emocional, espiritual y financiero.
El huracán Helene devastó el oeste de Carolina del Norte, Georgia, Tennessee y Florida. Episcopal Relief & Development, en asociación con las diócesis afectadas, incluyendo la Diócesis Episcopal de la región oeste de Carolina del Norte, proporcionó alojamiento de emergencia, alimentos y suministros a las personas necesitadas.
Actualmente, Episcopal Relief & Development está colaborando con la Diócesis Episcopal de la región oeste de Carolina del Norte para incorporar líderes en respuesta ante catástrofes y desarrollar un plan de recuperación a largo plazo que atienda las necesidades de la comunidad para la revitalización económica y apoyo espiritual. El programa está vinculando con voluntarios capacitados con oportunidades para ayudar a restaurar hogares, negocios e infraestructura esenciales, y trabaja a través de programas dirigidos por la iglesia para brindar asistencia financiera a las personas más afectadas por la tormenta.
«Tenemos el don de la proximidad», afirmó la reverenda Kelsey Davis, delegada del obispo para Respuesta y Recuperación ante Catástrofes de la Diócesis Episcopal de la región oeste de Carolina del Norte. «Podemos ir a fondo y tomarnos el tiempo necesario para ayudar a las personas a recuperarse a su propio ritmo y de la manera en que lo necesiten».
Los miembros de la Iglesia Episcopal de la Transfiguración han estado apoyando a Linda, trasladando electrodomésticos pesados desde la posada para que ella pueda venderlos y así ayudarse económicamente.
«Han sido las iglesias de todo el país las que se han unido para aportar y enviar recursos» afirmó el reverendo John Roberts, rector de la Iglesia Episcopal de la Transfiguración.
El reverendo Roberts y los miembros de la Iglesia Episcopal de la Transfiguración también han estado acompañando a Linda y a otros sobrevivientes en su proceso de duelo, ofreciéndoles la oportunidad de hablar sobre su experiencia durante sus reuniones y visitas.
«Sería muy difícil sobrellevar mi día sin este tipo de amor y apoyo», afirma Linda. «Le doy gracias a Dios todos los días por bendecirme con personas que me han ayudado. Es algo que me llena de humildad».
Nuestros resultados en números
380,000
personas
se beneficiaron con el programa de respuesta y recuperación de EE. UU.
3,700
participantes
capacitados en resiliencia ante catástrofes
867
hogares
participaron en actividades relacionadas a la preparación ante catástrofes
123,000
personas
participaron en cursos de formación sobre mitigación de catástrofes
Nota del director en video
Eric Weaver, director de Global Disaster Response & Resilience, explica lo valioso que es contar con asociados locales cuando ocurren catástrofes.